No faltará quien se encoja de hombros, y considere en efecto que sólo puede tratarse de un juego, parecido a los cuadros de paja o de mechones de pelo que no tienen derecho de ciudadanía en los museos, y cuyo destino es el mercadillo. No es mi intención charlar con él acerca de la pintura seria y la pintura ligera, como se diría de la música. No me parece que la gravedad del procedimiento pictórico dependa únicamente del óleo. Y personalmente, es sabido, me gusta poco el uso abstracto de este líquido: no asombrará que ponga al menos la misma seriedad en examinar los procedimientos de quien pega periódicos recortados haciendo paisajes legibles que la que emplean otros para hablar de lo indecible del óleo.
Texto: Louis Aragon, Los colages
Imagen: Job Sánchez
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